miércoles, 8 de enero de 2014

El trauma y su relación con el susto, el miedo y la angustia

Susto, miedo y angustia son tres términos que a veces solemos utilizar casi como sinónimos, sin embargo pueden distinguirse claramente según su relación al peligro. En Más allá del principio del placer Freud señala que "la angustia constituye un estado semejante a la expectación del peligro y preparación para el mismo, aunque nos sea desconocido. El miedo reclama un objeto determinado que nos los inspire. En cambio, el susto constituye aquel estado que nos invade bruscamente cuando se nos presenta un peligro que no esperamos y para el que no estamos preparados; acentúa, pues, el factor sorpresa."


La angustia, para Freud, no es capaz de originar neurosis traumáticas, y más bien sería un elemento de protección frente al trauma, al predisponer al cuerpo frente al susto.


Las modernas investigaciones sobre trauma definen a este como un "acontecimiento o situación de naturaleza excepcionalmente amenazante o catastrófica" (CIE 10).


Las conclusiones de Freud serían válidas para lo que se ha llamado trauma tipo I o de episodio único. Además de este tipo de trauma existe un trauma denominado complejo en el que los episodios se repiten y, eventualmente, cesan (trauma tipo II) o bien se repiten y no cesan (trauma tipo III). En este tipo de trauma la angustia va a estar presente pero no va a constituir una protección frente al mismo.


Las respuestas emocionales postraumáticas incluyen sentimientos de rabia, ira, miedo o frustración. Las personas que han experimentado un trauma pueden, también, presentar sentimientos de vergüenza o culpa y es frecuente el bloqueo de las emociones mediante un proceso de disociación.


En artículos posteriores abordaremos los aspectos neurobiológicos del trauma y qué técnicas pueden ayudar al procesamiento del mismo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario