Las obsesiones más frecuentes, tal y como se indicaba en el artículo anterior son aquellas que tienen que ver con la suciedad y la enfermedad, la agresión y la sexualidad.
A los sujetos afectados por obsesiones de suciedad se les impone el pensamiento de que ellos o algún ser querido o conocido pueden ensuciarse o contaminarse, lo que podría provocar una enfermedad o la muerte.
Las obsesiones de agresión son pensamientos intrusivos en los que las personas temen poder dañar física o verbalmente a otras personas o a sí mismos.
En las obsesiones relativas a la sexualidad las personas pueden experimentar pensamientos incestuosos, angustiarse por dudas sobre su orientación sexual o creer que podrían violar o abusar sexualmente de otras personas.
Estas obsesiones se relacionan con algunas de las compulsiones más frecuentes, como las de lavado y limpieza, comprobación, repetición o acumulación, de las que hablaremos en el próximo artículo.
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